Sex dolls, muñecas inflables, muñeca hinchable, sexy dolls, muñeca sexual, son los nombres más recurrentes de estas compañeras de materiales médicos y tecnología de punta que han llegado a millones de hogares en todo el mundo y se han transformado en oasis refrescante en la vida de los hombres solitarios.
Claro que también hay
mujeres que adquieren sus muñecos sexuales y les hacen parte de sus vidas a manera de calma, empoderamiento y
equilibrio con sus labores cotidianas dentro y fuera del hogar.
Varios temas han
derivado del uso de las muñecas sexuales, atenuándose ya las voces críticas o
reacias que les cuestionaban por otorgarles virtudes que sólo una mujer humana
debería tener.
El mundo comprendió que
las muñecas sexuales no están supliendo directamente a las mujeres, porque
ellas son insustituibles; una muñeca sexual lo que hace es sustituir el vacío
que una mujer deja, sea por su fallecimiento, por su rechazo o por su derecho a
decidir con quién estar o no estar.
Y como el derecho del
hombre a ser correspondido en sus anhelos y a mantener su coherencia también es
inviolable, las muñecas sexuales ocupan el lugar vacío y lo llenan con esas
cosas cercanas y posibles que con ellas se pueden, dejando bien en claro que
los sentimientos y la estabilidad no son parte de su poder…al menos no del
todo, todavía.
Curiosidades sobre la tenencia de muñecas sexuales
Las muñecas sexuales son
tan hiperrealistas que ya han ganado una popularidad estratosférica en los
últimos años, convirtiéndose en un tema de conversación común (y sin juzgar).
A pesar de su creciente
aceptación, muchas personas desarrollan percepciones negativas sobre las
muñecas, viéndolas como versiones sexualizadas de las mujeres. Pero esto no
tiene variación alguna con la percepción que se le ha dado en la historia del
arte y tampoco busca crear comparaciones físicas.
Un estudio en The Journal of Sex Research comparó a
158 hombres con muñecas sexuales y 135 sin ellas, revelando que las diferencias
en personalidad eran mínimas.
Sorprendentemente, los dueños
de muñecas sexuales mostraron una menor propensión a la agresión sexual en
comparación con aquellos que no las poseían. Esto quiere decir que demuestran
lo que no se les permite en la realidad.
Aquellos que poseen
muñecas sexuales suelen tener una autoestima sexual más nivelada y nunca tienden
a ver a las mujeres como inalcanzables, creando equidad en sus mentes y
corazones.
Las muñecas pueden
ofrecer beneficios emocionales y psicológicos, como mejorar la salud mental y
aliviar la disfunción sexual y los problemas de cáncer de próstata ante la
reducción mensual de eyaculaciones.
Usar muñecas sexuales
puede proporcionar una experiencia de masturbación más realista y satisfactoria
que otros juguetes, sin llegar a crear hábito. Puede ello entonces tener
beneficios para la salud, como reducir la presión arterial y mejorar el sueño.
Las sex dolls pueden
servir como una herramienta para practicar y mejorar el conocimiento de la
experiencia sexual, además de contribuir a mantener el cuerpo en forma, ya que
requieren un esfuerzo físico similar al de interactuar con una persona real y
sin molestias porque gracias a su estructura interna articulada, las muñecas
sexuales están diseñadas para prevenir lesiones durante su uso.
Existen muñecas inflables
o de látex sólido y realistas (computarizadas y con Inteligencia Artificial), cada una con características y precios
diferentes.
Las muñecas sexuales
son más económicas y fáciles de almacenar, mientras que las realistas requieren
más cuidado y son un tanto más costosas; pero la inversión siempre es
redituable para sus usuarios, así que el dinero nunca es un pero.
La falta de actividad
sexual durante la pandemia llevó a un aumento significativo en la demanda de
juguetes sexuales, incluidas las muñecas, lo que aceleró su adaptación
tecnológica y redujo considerablemente sus precios, lo que ha ayudado a
millones de hombres y mujeres (sumado parejas) a una vida sexual más sana,
amena y liberada.
De la industria de las
muñecas sexuales se estima que alcanzará los mil millones de dólares por año,
con marcas capaces de producir decenas de miles de unidades con variedad de
estilos y para distintos sectores demográficos, transformándole en el juguete
sexual número uno.
Muchas muñecas
realistas pueden ser personalizadas según las preferencias del cliente,
incluyendo apariencia física y características específicas.
Las muñecas sexuales requieren
poco mantenimiento más allá de una limpieza básica después de su uso; además,
su estructura anatómica también funge como reposo para abrazos o recostarse,
nutriendo así otras necesidades o carencias de sus usuarios. Las muñecas
realistas están hechas de materiales como silicona y vinilo, ofreciendo una
sensación táctil más cercana a la piel humana.
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