Los grupos de poder (gobiernos,
banqueros, medios de comunicación y los influencer con dinero que son ahora una
secta), quieren sembrar falsas esperanzas en todos los grupos sociales, para
enfrentarlos o estancarlos según sus pretensiones. Por eso decimos que no tener
falsas esperanzas es una manera de protección válida para la defensa de la
salud mental, física y espiritual de los pueblos.
No es que les pidamos que fijen una
posición y se unan a quienes colindan con esos pensamientos, sino que sean
abiertos para que no exista una visión única, sino varias que vayan a su manera
a los objetivos.
No tener falsas esperanzas radica
en ser metódico, realista, estoico pero no rudo y cerrado, porque ello es más
bien la desesperanza y el desánimo de seguir o buscar cosas mejores.
Y ello es lo que quieren los grupos
de poder ya citados: Ganarte en este y varios temas más en el lugar donde tú
deberías mandar, en tu mente y corazón.
Vamos a dar unos datos de interés para
no tener falsas esperanzas, sino reales y constructivas, con la visión y misión
de solucionar, salvar sus ímpetus y ayudar realmente a los demás.
No tener falsas esperanzas
Define tus objetivos claramente
Establece metas específicas y
realistas, además de seguir aquellas que se vislumbren así o puedan crear un
positivo “efecto bola de nieve”. Asegúrate de que sean alcanzables y que puedas
medir tu progreso y el de los demás.
Haz un análisis honesto de la situación
Evalúa las circunstancias actuales
con objetividad y cómo se puede deteriorar lo malo y rescatar y reivindicar lo bueno.
Reconoce los desafíos y limita tus expectativas dentro de un contexto realista.
No tener falsas esperanzas: Infórmate bien
Investiga y busca información de
fuentes confiables, especialmente aquellas que muestran ambas caras de la
moneda y que tú puedas cotejar. Conocer el entorno y las posibilidades te
ayudará a construir expectativas fundamentadas.
Acepta la incertidumbre
Aprende a convivir con el riesgo y
la falta de garantías, siempre guardando a tu mente y corazón, confiado en que
verás y harás cosas buenas, porque el mal no es absoluto. Aceptar que no todo
depende de ti te puede ayudar a manejar las expectativas y saber delegar a
aquellos que tienen el saber y plan de acción; luego, te le unirás con la mente
fresca.
Establece plazos razonables
Asigna tiempos adecuados para alcanzar
tus metas o ver cuándos e alcanzan las metas de otros que también son
incidentes para ti. Evita apresurarte y enfocate en comprender que algunas
cosas llevan tiempo para que sean sólidas y no más un instante que se disipa.
No tener falsas esperanzas: Sé flexible y adaptable
Mantente abierto a cambiar tus
planes o cuando haya que ver a los demás ajustar los suyos, especialmente si
enfrenta a un rival deshonesto al que se le gana con astucia, moral y músculo
(cosas que les duelen a los malos) y ajusta tus expectativas cuando las
circunstancias lo requieran. La adaptabilidad es clave ante lo inesperado.
Céntrate en el proceso, no sólo en el resultado
Valora el camino y las acciones que
tomas, más allá del resultado final; no desestimes lo que hacen los demás, ya
que mucho de algo micro de seguro se transformará en algo macro. Esto te
permitirá disfrutar y aprender de cada paso y ver cosas sólidas a futuro, como
la libertad, la estabilidad y el gozo.
Mantén una mentalidad crítica
Cuestiona tus propias expectativas
y las de los demás, pero con argumentos y sin exposiciones ácidas, fatuas y que
desunan al conglomerado; analiza si son realistas las tuyas y las de los demás,
con un FODA lo más objetivo posible. Esto puede ayudarte a evitar caer en
ilusiones.
No tener falsas esperanzas: Habla con personas de confianza
Comparte tus pensamientos y metas
con amigos o mentores que puedan ofrecerte perspectivas objetivas y apoyo, sin
que te digan lo que quieres escuchar, sino lo que debes escuchar.
Evalúa tus emociones
Reconoce tus sentimientos y
pregúntate si están influyendo demasiado en tus expectativas. A veces, la
emoción puede nublar el juicio; escucha al entorno, especialmente a los que
procuran el bien para ti.
Fomenta la resiliencia
Trabaja en tu capacidad para
enfrentar y superar adversidades (estoicismo sin perder la sensibilidad del
todo). Cuanto más fuerte seas, más fácil será lidiar con resultados
inesperados.
No tener falsas esperanzas: Celebra los logros pequeños
Reconoce y celebra tanto los
grandes como los pequeños logros. Esto ayuda a mantener alta la motivación y la
perspectiva positiva. Cuando evalúes o veas hacia atrás, notarás que estos han
sido el pavimento que te ha hecho mantenerte en la ruta, sin importar los
fallos.
Mantén una actitud positiva
Aunque sea importante ser realista,
mantener una perspectiva positiva puede ayudar a enfrentar desafíos con más
fortaleza. La actitud puede influir en tus resultados.
Reflexión Final
Las expectativas son parte de
nuestra naturaleza, pero al enraizarlas en la realidad, podemos vivir con más
claridad y propósito. Al seguir estos consejos, podrás despojarte de falsas
esperanzas y acercarte a una vida más auténtica y satisfactoria.
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