Dios
mío,
así como te lo he dicho desde mi corazón, desde mi mente, oralmente, te lo
escribo aquí y lo dejo como testimonio en uno de mis blogs y para la
posteridad.
De seguro ya lo leíste desde el
fondo de mi alma, pero me tomo la osadía (casi que herejía) de hacerlo público
a ver si alguien me acompaña o me detracta, según sea su forma de ver.
Pero Padre Santo, ¿De verdad vas a
seguir permitiendo que los corruptos, mentirosos, flojos, mal vivientes,
ladrones de cuello blanco, transgresores, burlistas, prevaricadores,
despilfarradores, sifrinos, indolentes, sacrílegos, cizañeros, gañanes,
arrabaleras, cumbiamberas, motolitos, mosquita muerta, agresivos, repelentes,
ladrones, estafadores, falseadores, herejes, fascistas, melindrosos,
apuñaladores, desvergonzados, ominosos e incluso, asesinos, caras de tabla,
alcahuetes, encubridores, sigan teniendo cabida en las altas esferas del poder?
Dios mío, cada ítem descrito –y
quizá me quedé corto- tiene varios temas subyacentes, que siempre terminan
perjudicando al pueblo.
Si engañan a las personas, la
intención es engañarte a ti. Incluso te aclaman de la boca para afuera,
manipulando tu Santo Nombre, Dios mío, reconociéndose sin temor alguno como
pecadores a los que no les importa ofenderte, con tal de dominar, oprimir y
enriquecerse.
Nos rebajan la calidad de vida, la
economía, la moral, ética y buenas costumbres / buenos modales, nos mantienen
en constante stress, destruyen nuestra salud, optimismo, identidad nacional,
historia, cultura, tradiciones, paz mental y espiritual y la dignidad de ser
humanos y de ser nacidos en nuestra tierra.
Sea cual sea el país desde donde
estés leyendo esto, si tienes gente así en el poder, quizá te hagas la misma
pregunta y me acompañes en este necesario razonamiento, ¿Por qué le cuesta tanto a las mejores personas estar en los cargos de
poder para de verdad servir con dignidad y humildad a quienes les eligieron
para que llevasen el destino patrio desde cualquier lar?
¿Cuesta acaso hacer lo correcto y
lo debido, colocando el bien de todos –incluso de sus no seguidores-, por
encima del bienestar personal?
Es que quienes agreden, solapan y
corrompen a otros para que ataquen a sus congéneres, jamás deberían de tener
acceso a ningún poder, como el conocimiento y los cargos, entre otras
oportunidades de ascender haciendo polvo a los demás, ya que no quieren a
nadie, pero quieren los favores e idolatría de todos.
Dios mío, ¿vas a seguir permitiendo
que tengan poder y que no obtengan su merecido en vida?, sé que eres
Misericordioso y que es el reino de los cielos en el que viviremos la paz
eterna. Pero ya se ocurren bastantes cosas inusuales que hacen de la vida algo
muy fuerte, como para saber que vivimos en tiempos en el que los malos, por
falsas ideologías y sus ansias de ser hombres que dominan a otro, tienen el
control de nuestras vidas.
Los buenos sólo vivimos a la
defensiva, solucionando y reconstruyendo los pedazos de una forma de vida que
se cae a cada rato por culpa de quienes dizque juraron ser fieles a la patria
que nos vio nacer.
Aunque somos más fuertes en
sonrisas y esperanza, sigo preguntándote Dios mío, con el temor a que no haya
respuesta de ti o que te ofenda por osado, ¿Cuándo nos vas a dar a los buenos
la oportunidad de ver caer presos a los
que roban, mienten, destruyen la vida de los buenos por la ambición del poder
nacional del país que sea?
Mira que hay gente buena que llega
al poder y tiene que meterse a pelear en el propio fango que estos malvivientes
han forjado en la política y la sociedad en general, con riesgo de contaminarse
y atacados a manera de transpolar los delitos de los malos para endilgárselos a
los buenos.
Estoy cansado Dios mío, de que los
buenos no puedan gobernarnos, porque los malos se roban todo o se agazapan en
puntos estratégicos para desestabilizar y mantener a la gente bajo el látigo de
su espurio poder, regocijándose de hacer daño a los que somos sus congéneres,
para tener a los demás acallados y temerosos.
Dios mío, te pido que nos des la
satisfacción en vida de ver tus obras en plena acción, haciendo que todo
corrupto que haya robado el dinero, la fe, esperanza y dignidad de cada pueblo
oprimido, vivan el infierno aquí en la Tierra.
Si no usaron el poder para el bien mutuo
y ni siquiera buscaron redimirse del mal hecho con anterioridad para expiar sus
culpas y volver a tu redil, te pido que te los lleves de aquí y les quites todo
lo que se robaron y nos redimas por lo mucho que nos dañaron.
Es momento que las falsedades,
montajes y chantajes tengan el final que merecen y al fin se prepare el camino
para la segunda venida de Jesucristo. Gracias Dios mío.
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