Aunque
muchos piensen que el poder de la
musicoterapia proviene de su playlist personalizado, este enfoque
terapéutico es mucho más profundo y mejor canalizado que ello.
Claro
está, hay varios temas musicales que se pueden escuchar en la radio o descargar
de YouTube que pueden servir para tal fin, gracias a que colindan con sus
gustos y sentimientos, además de las condiciones que inciden directamente en su
estado de ánimo.
Pero
lo mejor que podemos hacer es buscar en páginas especializadas en brindar
material que permite disfrutar al 100% de los beneficios de la musicoterapia y así reencontrarnos con nosotros
mismos, obtener de los bien controlados decibeles y ondas científicamente
programadas, los estímulos eficaces para reactivar a nuestro consciente y subconsciente
en pro de realizar tareas con mayor eficacia o acciones normales de todo
humano, con mayor provecho y superior placer.
El poder de la musicoterapia
Este
enfoque terapéutico utiliza a la música y sus elementos (como el ritmo, la
melodía y la armonía) para promover la salud mental, emocional, física y social
de las personas, haciendo que cada individuo interconecte mejor con los demás y
acelerar en lo individual y grupal lo mejor de su verdadero potencial.
El poder de la musicoterapia se adapta a las necesidades de cada individuo, haciendo que la música sea una muy eficaz herramienta para mejorar la calidad de vida y abordar como coadyuvante de alta eficacia, diversos problemas de salud.
Utilizar
de forma terapéutica a la música ha existido a lo largo de la historia en
diferentes culturas, claramente sin ese nombre, sólo sabiendo vivirla y
utilizarla más allá del placer del canto y/o el baile o la ejecución de
instrumentos.
Algunos
pioneros en el campo y que izaron la bandera sobre el poder de la musicoterapia
son Paul Nordoff y Clive Robbins,
quienes desarrollaron en la década de 1950 un enfoque centrado en la
improvisación musical como medio terapéutico.
Fue
tan prolijo, bien planteado y con resultados reales su trabajo que las mejores
instituciones educativas a nivel mundial la tienen entre sus pensum de estudios,
siendo las más reconocidas por ofrecer programas de formación en musicoterapia
la Universidad de Nueva York,
Universidad de Barcelona y Universidad de Kansas, entre otras (con gran favoritismo por Berkeley en USA).
Los
programas de estudios en musicoterapia suelen combinar teoría, práctica clínica
y experiencias de campo para formar musicoterapeutas profesionales.
Ventajas de la musicoterapia
Aquí
radica el poder de la musicoterapia, tanto para quien la ejecuta como para
quienes se benefician de sus resultados. De esta forma se entiende que aunque
la música popular nos relaje momentáneamente al planchar, cocinar o conducir,
esta terapia va más allá, enfocada en nuestra salud integral y nuestro
crecimiento como personas con real valor en la sociedad.
El poder de la musicoterapia permite:
Reducir
del estrés y la ansiedad.
Mejorar
la concentración y atención.
Estimular
a la creatividad y llevarla a lugares sin parangón.
Fomentar
la expresión emocional a toda edad y en todo contexto.
Aumentar
nuestra autoestima y confianza.
Mejorar
nuestro uso de la comunicación verbal y no verbal.
Reducir
la sensación de soledad y aislamiento. El poder de la musicoterapia no es una
vía de escape o de consuelo, sino de resiliencia e ideas sociables.
Aliviar
el dolor y la tensión muscular.
Mejorar
la calidad del sueño.
Se
enfoca en la estimulación cognitiva en personas con demencia, calmándoles y
permitir coexistir en armonía sin que lo que otrora les perturbaba, pueda de
nuevo molestarles.
Favorece
la socialización y el trabajo en equipo en el hogar, oficina, comercio e
industria; incluso en eventos familiares o no.
Aupar
el desarrollo de habilidades motoras finas y gruesas.
Fortalecer
a la memoria y la función ejecutiva.
El
poder de la musicoterapia ha sido factor determinante en la promoción de la
sana relajación y el bienestar emocional.
Facilitar
la expresión de emociones reprimidas, con el debido control y propiedad.
Ayudar
en la recuperación de cualquier trauma emocional.
Promover
la expresión artística y la exploración personal.
El
poder de la musicoterapia mejora la coordinación y el equilibrio, lo que ha
ayudado a trabajadores, analistas, científicos y deportistas de alto
rendimiento.
Desarrollar
nuestra empatía y hacer más eficaz la capacidad de escucha.
Aumentar
la motivación y la autoestima.
Favorece
la integración sensorial en personas con trastornos del espectro autista o con
asperger, ofreciendo en sí un espacio seguro y no amenazante para la expresión
emocional.
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