Varios Temas: BENJAMÍN RAUSSEO o "LA CAÍDA DE UN ÍDOLO" @erguachar069

La caída de un ídolo es un suceso muy frecuente que no deja de ser doloroso, tanto por todo aquello que esa persona llegó de bueno a ejemplarizar como por el error repetitivo de nosotros los humanos de subir a alguien a un pedestal, incluso sí ese pedestal queda al lado del nuestro, viéndonos como iguales.

la caída de un ídolo
 

En este caso, la caída de un ídolo se ha centrado en Benjamín Rausseo “Er Conde del Guácharo”, el persona humorístico más importante por casi cuatro décadas en Venezuela.

 

Benjamín Rausseo se formó en varios temas de la vida, desde ser un limpiabotas, carretillero, verdulero, ayudante de un camión, repartidor de periódicos, pasando a mesonero, bachiller, licenciado en artes, graduado en teatro, producción y dirección, músico, poeta, cantante, actor, escritor, cineasta, empresario en el sector de alimentos, turismo y recreación y creador de eventos.

 

Además, grados de abogado y educador en conjunto a estudios complementarios en administración, gerencia y otros ligados a las artes.

 

En fin, todo un ejemplo de tesón, estudio, trabajo e inversión correcta de aquello que generaba para sí y un entorno cercano o no, gracias a sus show de comedia, viajes, desvelos, creatividad y disciplina laboral.

 

Hizo que su personaje Er Conde del Guácharo fuera referente para muchísimos comediantes, cantantes, imitadores, ventrílocuos, artistas integrales. Donde se presentaba, generaba empleo y ganancias para cualquier promotor, sea cual fuere el aforo del local, con él como estelar todo era garantía de éxito.

 

La caída de un ídolo

Pero Benjamín Rausseo no supo canalizar toda la necesidad, empeño, astucia, estrategia, ímpetu y hasta corazón lleno de buenas intenciones, cuando hizo la transición a la política de poder –paralela a la partidista-. Aunque se ha lanzado a la Presidencia de la República de Venezuela como independiente y se dice que no es político partidista, su terquedad y gríngolas sociales “para mantener la fiesta en paz”, le han transformado en un político más.

 

La caída de un ídolo con liderazgo y una construcción formal contra viento y marea, es perniciosa para dar buen ejemplo e incluso esperanza a la niñez y juventud que ahora se levanta.

 

Duele cuando la inteligencia integral no se combina con la inteligencia emocional. La gente se deja dominar por el ego, por el “yo sí puedo, tú eres el que no puedes ni sabes” y termina hundiéndose en su propio error.

 

Benjamín Rausseo, tratando de “jugar limpio en el momento más sucio de la política”, terminó embarrándose. No supo construirse y está en vías de destruirse.

 

Aunque su captación de votos se debe a todo lo que le ha quitado al partido de gobierno en turno (psuv), porque nada le ha quitado a la oposición (los pisos y techos de porcentajes así lo comprueban), su error para hermanar, incluso comentando en contra de sus rivales de manera soterrada –cuando pidió una campaña de altura-, lo que le está ganando es que quede en el olvido nacional y con él, a su personaje.

 

Los números electorales que tiene le podrían ayudar a ganar una alcaldía o curul en la Asamblea Nacional, incluso una gobernación. Pero él mismo se ha cercado con sesgo político y cada día que pase puede ser más y pero sí no cae en cuenta que es peón de un juego maquiavélico.

 

La caída de un ídolo del humor popular y de un empresario que pudo ser un outsider de lujo –en una campaña electoral realmente limpia-, es en extremo decepcionante.

 

No más ego

La historia universal ha demostrado que el ego y el yo primero, yo segundo y yo tercero, porque tengo carácter e ideas, pero sin saber sumar, termina derrumbando a las personas.

 

Hasta la misma María Corina Machado venía de esas actitudes egocéntricas separatistas. Dio su brazo a torcer y hoy está recogiendo frutos, entre quienes le seguían y quienes son opositores pero no le tragaban. Ejemplo que la caída de un ídolo se puede revertir sí hace un mea culpa y cambia de forma, para atacar mejor al fondo –en este caso la política nacional-.

 

El mismo Rausseo podría torcer su brazo y hasta ser convocado a un nuevo gobierno. Tiene planes, ímpetu y conocimiento. Pero eso de que “o mando yo o más nadie”, lo tienen dominado.

 

Y en un entorno de alacranes y zamuros políticos venezolanos que aparecen a dañar las elecciones peor de lo que ya están, esto le termina hundiendo más. Sólo él puede resarcirse o uniéndose o apartándose.

 

Éste no era su momento y lo sabía. No parece su destino y lo sabe. Pero teniendo las herramientas para dejar un legado, incluso trabajando con otros sin ser él el jefe, ¿Por qué oponerse?, ¿Por qué arriesgarse a la crítica social, quizás obnubilado por los abrazos de quienes le conocen y le respetan, pero que tienen claro que las cuentas no dan y es mejor agregarle al que más tiene, para que gane?

 

La caída de un ídolo siempre parte de él mismo o ella misma. De sentirse indispensables y el eje del mundo. De no saber aportar desde las sombras o de manera mancomunada, de no construirse desde las raíces.

 

Su sueño e intención son sanos y nobles, de ello no hay duda. Pero la manera cómo las ha trabajado, definitivamente que son erróneas.

 

No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Lcdo. Argenis Serrano 

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