La
filosofía helenística fue una
corriente filosófica que surgió en la antigua Grecia y se extendió durante la
época helenística, -que abarca aproximadamente desde la muerte de Alejandro
Magno hasta el inicio del Imperio Romano-.
Esta
corriente filosófica estaba influenciada por las enseñanzas de tres escuelas
principales: el estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo, a las cuales se
anexaron 3 escuelas alternas –indirectas- pero muy vinculadas a su búsqueda
inicial de la felicidad.
En
cuanto a la búsqueda de la felicidad, la filosofía helenística se centraba en
encontrar la eudaimonía, que se
traduce como "felicidad" o "bienestar floreciente".
Filosofía Helenística
Estoicismo
Los
estoicos creían que la felicidad no dependía de factores externos, como la
riqueza o el estatus, sino de la virtud y el autodominio.
Según
ellos, la clave para alcanzar la felicidad radicaba en vivir de acuerdo con la
razón y la naturaleza, aceptando con serenidad aquello que no se puede
controlar. Un ejemplo de estoicismo en la búsqueda de la felicidad es la
práctica de la indiferencia frente a los placeres materiales y la valoración de
la virtud como el camino hacia una vida plena y equilibrada.
Epicureísmo
Los
epicúreos sostenían que la felicidad consistía en alcanzar el placer y evitar
el dolor, pero no en un sentido hedonista de búsqueda desenfrenada de placeres,
sino en una vida sencilla y moderada que le permitiera al individuo disfrutar
de una paz mental y un estado de bienestar.
Para
los epicúreos, la amistad, la satisfacción de las necesidades básicas y la
tranquilidad eran elementos fundamentales en la búsqueda de la felicidad.
Filosofía Helenística: Escepticismo
Los
escépticos, por su parte, abogaban por la suspensión del juicio y la duda
constante como camino hacia la felicidad. Consideraban que la certeza era
inalcanzable y que la búsqueda incansable de respuestas y verdades absolutas
podía generar sufrimiento y frustración.
Por
lo tanto, la aceptación de la incertidumbre y la renuncia a la búsqueda de la
verdad absoluta eran aspectos clave en la búsqueda de la felicidad según los
escépticos, discípulos y aliados de la filosofía helenística.
Peripatéticos
Fueron
los seguidores de Aristóteles y su escuela filosófica que se conoció como el Liceo. El término
"Peripatético" proviene del hecho de que Aristóteles solía pasear por
los jardines mientras enseñaba a sus discípulos.
Esta
corriente filosófica se caracterizaba por su enfoque en la ética, política,
lógica y la ciencia.
Los
Peripatéticos creían en la importancia de buscar el equilibrio y la moderación
en la vida, así como en el estudio de la naturaleza para comprender el mundo
que nos rodea.
Filosofía Helenística: Cínicos
Liderados
por figuras como Diógenes de Sinope, los cínicos abogaban por una vida simple y
autárquica, en la que se rechazaban los valores convencionales de la sociedad,
como la riqueza, el poder y la fama.
Los
Cínicos buscaban la autarquía moral a través de la autosuficiencia y la
renuncia a los placeres materiales. Vivían de forma austera, cuestionaban las
normas sociales establecidas y promovían la honestidad y la autenticidad como
valores fundamentales.
Eclécticos
Éstos
surgieron como una corriente filosófica que tomaba elementos de diferentes
escuelas para formar una síntesis propia.
Esta
corriente se caracterizaba por combinar enseñanzas de diversas escuelas, como
el estoicismo, epicureísmo y el platonismo, con el fin de construir un sistema
filosófico coherente y completo.
Los
Eclécticos valoraban la búsqueda de la verdad en todas sus formas y creían que
era posible encontrar sabiduría en distintas corrientes filosóficas.
La filosofía helenística al día de hoy…
Saberse,
encontrarse, definirse, adaptarse; no todo el mundo lo sabe y en esa búsqueda
frenética sin una guía clara, devienen los problemas depresivos, el desinterés,
la falta de inspiración y las convicciones.
Ello
hace que las personas sean fácilmente manipulables –en masa o individuales-,
especialmente en sus necesidades que no siempre son las suyas, sino las
impuestas por la sociedad y el consumismo.
El
capitalismo no es malo, salvo que se acumulen cosas y sucesos que realmente no
satisfacen.
Sí
se tiene satisfacción en lo que se posee y se disfruta lo que se hace, dónde
está y con quienes se comparte, se encuentra a la felicidad, sea en lo más
sencillo o en lo que los bienes materiales puedan financiar.
El
fin justifica los medios, es una sentencia adosada
a la filosofía helenística que muchos han mal utilizado. Sí teniendo el saber,
la financiación y el interés se utilizan para que los demás sean felices, uno
mismo también lo será.
La
suma de los momentos, es la felicidad constante y el verdadero camino.
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