Ver al Mundo con
los Ojos Nobles del Autista o Asperger
Sí se perdieran los conceptos anquilosados, de que el autismo se desinteresa del mundo exterior y a ensimismarse, millones de personas darían ese paso al frente que, por estigmas y prejuicios, han retrocedido para acercarse a esa buena gente.
Existen personas autistas cuya acción y reacción puede ser tosca –según nuestra percepción-, pero que no es más que la defensa que conocen y expresan y que necesita de mucha comprensión y aprecio para apartarla de su existencia y sigan siendo ese eslabón de la cadena de personas honestas y de provecho, que son desde el mismo instante en que nacieron.
La gente no ve al mundo con los ojos dela autista, porque no todos se detienen a preguntarse, ¿Qué es lo que ellos ven en realidad?; algunos, creyéndose autistas o Asperger, comienzan a asignarse conceptos exagerados de sí mismos para apartarse de la coexistencia, tomando a una condición como la excusa perfecta para ser asociales, creyendo que el mundo no les necesita o mucho menos, quiere.
Pero hay mucha belleza en un mundo autista
Cuando un niño o niña autista toma un lápiz de color, crea una historia en trazos simples que para nada es sencilla ni compleja. Es fidedigna y narrada con la vehemencia y mensajes ocultos en la obviedad que un artista entremezcla en su obra más completa o minimalista.
Al escribir, dice lo mismo que un enamorado no sabe cómo expresarle a su amada, pero lo siente como un torrente y sabe que de alguna forma debe abrir las puertas de la represa de su alma. En palabras que endulzan y honran al castellano o cualquier idioma natal, escriben sin temeridad o tabú, todo lo que aquellos que creen ser “normales”, se callan y les crea dudas.
Un papel o plastilina; acuarelas o piedritas; juguetes o trozos de madera. De lo más común surge lo más sublime en manos del autista, concentrando toda su atención y agilidad en decir lo que percibe, procesa, entiende y es mucho mayor a su realidad.
Materializa de esa forma al mundo que la mayoría, en su trepidante manera de ser, no sabe describir, no cree que está viviendo normal y al cual teme estar destruyendo por cohibirse de aportar.
En los ojos del autista hay arte, tanto la reinterpretación de lo real, como la explicación de aquello que muchos hacen difícil de comprender. Son mentes analíticas que, por requerir una conexión, con dificultad muestran sus maravillosas soluciones.
Y esa conexión es similar a tener WhatsApp y no saber el número de la persona que te gusta para agregarle y hacerle entender –y decirle- cuánto sientes por ella y todo lo que le quieres aportar.
Cuando el autista se mueve, habla, camina, está brindando resultados. Que haya que esperar a que lo hagan puede sernos difícil de comprender y hasta de esperar, pero lo bueno de los resultados nunca nos decepcionan.
Quizás allí se encuentre una manera de ver al mundo con los ojos del autista. Cuando en perfecto engranaje, aportamos a la causa de cada quien. Mientras les cuidamos, ellos reflexionan y esbozan en su mundo interior todo aquello que a raudales soltará cuando su mente, cuerpo, alma y corazón lo dicten.
Y cuando seamos nosotros los que no podamos movernos, podemos contar que en su inteligencia prodigiosa y única y esa alma libre de todo lo mundano y negativo de la humanidad, encontraremos el remanso y el apoyo que tanta falta nos haga… ¡Y mucho más, por el toque de ternura adicional!
Los ojos del autista, desde su nacimiento hasta la eternidad
Sea Asperger o autista, da igual a la hora de encontrar un mundo prodigioso que es tan inmenso, que debe silenciar al que es mundanal o trivial que le rodea, para poderlo disfrutar.
Saber callar es un arte que sólo es superado por el saber hablar y qué decir. Y el autista aprende a su manera lo que debe decir y cuando lo hace, nadie teme, nadie encuentra maldad y es imposible conseguir quiebres con bases lógicas y motivacionales.
La épica de su tránsito de vida, en la que esa persona y quien le rodea debe aprender a saber quién es y cómo ser con el entorno, es un conocimiento único que luego de salir del marco de lo inusual e incrédulo, se transforma en una maravillosa experiencia.
El autista no te hará mal; esperará por ti; sabrá de disciplina y obediencia nunca genuflexa; escuchará y pensará, pensará y sentirá, sentirá y expresará, en un ciclo perfecto y a su ritmo.
Así será toda su vida, mostrándole a la gente que los prejuicios les crearon falsos temores y actitudes vergonzosas que sólo se lavan y redimen con la nobleza del ser humano de caer, levantarse, seguir y unir.
Usted sabe que es verdad, porque ahora mismo en su mente lo está evocando, comprendiendo y percibiendo que la nobleza de la gente buena como la autista, es justo lo que necesita en su vida, para eliminar toxicidad, temores e inseguridades de en quién confiar.
Y son muchos los que cada día despiertan a la tierra de pesadillas y resquemores que los prejuicios les causaron y comienzan a ver al mundo tal cual lo ve un autista a toda edad. Se sabe, porque sus actitudes cambian para mejor y lanzan suspiros de dicha con mayor regularidad.
Los autistas saben hacer a su mundo, mejor
Incluso un mundo interno, amerita barrerse y mejorarse con el paso del tiempo. Es parte del aprendizaje y disciplina que el autista o asperger se coloca a sí mismo. Eso es evolución.
De allí que, como hemos visto en muchísimos famosos que tienen lo que se estipula como una vida normal -e incluso que ni la mayoría saben que son autistas o asperger-, dichas personas han sabido disminuir sus barreras sociales, quitando los muros de su ser y ampliando dichos cercos a un gran y meritorio interno. Igual hacemos tú y yo.
Sus emociones se ven distintas, pero se ven. No las refrenan, sólo buscan conexión con su contraparte o estar en el momento idóneo para libre expresarlas así no le vean o los demás no quieran. Distinto a quienes incluso, para flagelarse alejándose, no esbozan ni una sonrisa en una selfie grupal.
Los autistas no sufren distinto a nosotros. Sus talentos y conocimiento enfrentan a los adioses y a las negativas tal cual nosotros las pasamos. Sólo que ellos saben soltar y proseguir a un siguiente nuevo y mejor nivel sin amilanarse. ¿Será que todos nosotros podemos ser así?
Su comunicación es tan amplia que el ojo del que no quiere ver, jamás lo captará. Dice con lo que hace, con lo que habla, con lo tangible que crea y deja tras de sí, cuando se acciona, cuando aprende y demuestra lo aprendido.
Jamás se cierra al apoyo y eso es tan noble y humano, que grafica a la verdadera valentía.
La inclusión real es poder observar su mundo y saber convivir en el mismo y que esa persona autista, se avoque a cohabitar en el tuyo. Siendo el planeta tierra tan grande, mundos tan maravillosos y provechosos como el de los autistas y el nuestro, deberían habitar y cimentar nuevas bases.
Así se construiría esa sociedad bonita, noble, productiva y positiva, que hoy día seguimos llamando, utopía.
Lcdo. Argenis Serrano
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